16 de septiembre de 2007

Sufre Peruano, Sufre (Parte I)

Cuando no, los peruanos arriesgando la vida por plata.

Recién me estaba instalando en Vermont cuando me llegó la emocionante noticia de que, por falta de trabajo (no había nieve en el ski-resort), tenía la oportunidad de migrar al otro lado de USA, donde al parecer, una empresa llamada Sun Valley en Idaho necesitaba cuatro “sudacas” más. Iba a recorrer 4,229.58km en poco más de un día, y para hacernos una idea, imagínense viajar desde Panamá hasta Santiago de Chile. Y lo más pendejo era que tenía que ir de Vermont otra vez a New York, tomar un avión a Utah, y de ahí chapar un bus hasta Idaho, donde habría que tomar otro bus más para llegar a Sun Valley. Estaba a punto de cruzar los Estados Unidos, casi, de costa a costa.

Mi maleta, para colmo de males, sólo tenía dos ruedas de las cinco con las que salió de Perú, y pesaba aprox. 20kg. Esa mañana del 31 de diciembre del 2006, tres amigos arequipeños (Claudio, “Panchi” y Diego) y yo, nos metimos en lo que quizás fue una de las aventuras más excitantes de nuestras vidas. ¿Qué loco desquiciado viajaría tanto, en un país que no conoce, con maletas rotas y en pleno año nuevo?

Me despedí de la gente de mi casa, de los argentinos, de los brasileros y de mi pata arequipeño. Hicimos un buen grupo, nos reuníamos a ver TV, conversar de nuestras vidas, limpiar, cenar, ir al gimnasio e incluso el día de navidad antes de que cada país celebre por su lado, nosotros nos juntamos para hacer un brindis por nuestras familias, con más de una lágrima sudamericana. Esa mañana fue difícil pensar que no volvería a verlos y quizás fue la despedida más jodida de la temporada.

Subimos a la camioneta, Henrique (Brasil) me ayudó a subir la maleta, y después de darnos un fuerte abrazo y un hasta siempre, partimos al terminal de buses para ir a NY. El camino fue una mierda y el chofer era uno de esos viejos que hablan hasta por los codos. Nos dejó en la estación y subimos al bus. La 1era parada fue en Hartford, Connecticut. Ese Estado sólo lo había escuchado en el monopolio. La vista era increíble desde las ventanas. Pasamos por algo similar al trébol, pero en vez de tener un solo desnivel (ejemplo: abajo la Av. Javier Prado y encima la panamericana) este tenía entre cuatro y cinco, era un monstruo. Un grupo grande de negros raperos (50 cent multiplicado por 10) y negras escandalosas gritando “Hey ya! Damm!” subió al carro y no pude evitar sentirme raro. Felizmente a mi costado iba sentada una gringa de aprox. 16 años, que por cierto, estaba más buena que pan con atún.

Entramos a NY y pasamos por el limpio y tranquilo barrio de Harlem, donde en cada esquina había un grupo de mafiosos con sus carros enormes y sus armas a la vista y paciencia de la gente. Rogué a dios que no se malogre el carro ahí, no quería cruzarme con uno de ellos, ya me había pasado en mi anterior paso por NY. Vi un restaurante de comida peruana y un bus-mirador que en todo un costado decía “Visit Lunahuana, Perú” y tenía una imagen de un grupo haciendo canotaje, me sentí muy orgulloso. Finalmente bajamos en el ya famoso Port Authority y buscamos rápidamente transporte al aeropuerto JFK. Pensamos tomar un taxi pero ya eran las 6:30pm, nuestro avión salía a las 8:30pm y la cola era enorme. Cabe resaltar que faltaba poco menos de seis horas para el año nuevo y la gente corría por todos lados, los medios de transporte estaban copados y el jolgorio era tal que, si ya estábamos asustados, eso nos terminó de hacer mear en los pantalones.

¿¡Qué mierda hacemos!? Los taxis no eran una salida, ¿alguien dijo el subway de NY? Corrimos con las maletas por las escaleras y por el terminal subterráneo. ¿Cómo cuernos comprábamos tickets, cual era el tren al aeropuerto y donde estaba? Una policía nos ayudó a comprar pases. Nos metimos por una puerta para el personal y otros policías nos detuvieron. Le pidieron a Claudio su maleta, la abrieron, sacaron su ropa, etc. Seguro pensaron que si corríamos tanto era porque habíamos dejado una bomba. Nos soltaron y empezamos a buscar el “Up Town E Train” que era el que conectaba con el Jamaica Station, donde se tomaba el tren al aeropuerto. Gracias a Panchi y su increíble genialidad casi tomamos el “Down Town E Train”, directo al Bronx para ser calateados totalmente. Finalmente lo encontramos y corrimos hasta él, una de las ruedas de la maleta se rompió, me quedé atrás y no tuve otra opción que ponerme a la espalda los 20 Kg. que pesaba, antes que las puertas, que no esperaban, se cerraran. Eran ya las 7:00pm y recién estábamos en camino. Pasamos por la estación del World Trade Center, por un minuto nos sentimos mal por no haber visto ese histórico lugar.

Bajamos del tren y corrimos para subir al shuttle del aeropuerto, yo con la maleta en la espalda. Eran las 7:45pm y un poco más gritábamos para que vaya más rápido de lo que ya iba. 8:00pm, llegamos corriendo al terminal 6, el de la aerolínea JetBlue. Luego de pasar nuestro equipaje estuvimos tranquilos y nos sentamos a comer algo mientras esperábamos que el avión saliera. No nos dimos cuenta de que teníamos que ir hasta la puerta de embarque 21, y estábamos en la 1. Corrimos, y una vez que llegamos a la puerta, respiramos tranquilos, entregamos nuestros pasajes y abordamos.

Me senté entre un viejo extremadamente obeso y su esposa extremadamente obesa, esos aviones de tres asientos a cada lado son una reverenda cagada, ¿se imaginan como hizo el tío obeso para salir al baño? Arrancó el vuelo y en las pantallas que cada asiento tenía vimos la celebración del año nuevo en NY, lugar del que acabábamos de despegar. En el avión nos saludamos después de hacer la famosa cuenta regresiva y un grito de felicidad se escuchó en medio del aire, “Feliz año nuevo 2007”. Por cosas de la vida, al llegar a Utah, la diferencia horaria nos jugó una pasada loca y, antes de bajar, la aeromoza nos dijo:

“Señores, JetBlue les informa que dentro de 30 seg. volveremos a celebrar año nuevo, esta vez con la hora de Utah, y decimos 10, 9, 8, 7, 6, 5… ¡Feliz año nuevo OTRA VEZ!”

Y así vivimos dos años nuevos en una sola noche, después de un maratónica huida de NY. En la segunda parte, la llegada a Salt Lake City – Utah, los mexicanos ilegales, la brasilera y el Motel 6, y nuestro destino final Sun Valley – Idaho.

4 Comentarios:

Anónimo dijo...

asu mare que tla periploo osea como se t ocurre snetarte jusnto a dos obesos pues a la oye y si fueron al baño asuu no me imagino como quedo hahahahahaa
bueno como conte yo tb me perdi en NY es mas vaos a crear un grupo de hi5 de gente q se quedo perdida en lso barrios maranguenses de ny porq ya somos muchos jajajaja saludossss

Anónimo dijo...

yeeeh!! jeje q chevre este tipo de lecturas son las q mas me gustan, donde cuentas too un loco y arriesgado recorrido acompañado de tus siempre chistosos comentarios y pensamientos xD jajaja oiee pero esto yo ni saabia!! cualquiera me lo cuenta el dia q te pregunte q tal gringolandia noo? weeeno de verdad te quedo bacanazo :D me gusto mucho Y ESO Q TUVO LARGUITA AH!! pero con muucho gusto leere la segunda parte =) abazos amiitos

Anónimo dijo...

yeeeh!! jeje q chevre este tipo de lecturas son las q mas me gustan, donde cuentas too un loco y arriesgado recorrido acompañado de tus siempre chistosos comentarios y pensamientos xD jajaja oiee pero esto yo ni saabia!! cualquiera me lo cuenta el dia q te pregunte q tal gringolandia noo? weeeno de verdad te quedo bacanazo :D me gusto mucho Y ESO Q TUVO LARGUITA AH!! pero con muucho gusto leere la segunda parte =) abazos amiitos

Anónimo dijo...

io tb quiero pasar dos años nuevos en una sola noche!!!!!!(miliiii)