26 de agosto de 2007

Como No Odiar La Pachamanca

¿Por qué ir a Chosica si también se puede cocinar en olla?

Ese día la esperé más de media hora y no me molesté. Llegó muy arrochada y con los cachetes rojos, esperando que le meta una puteada de los mil demonios. Me bastaba con verla, y esos treinta minutos me parecieron algo así como el agua de azahar que tomamos cuando estamos nerviosos. Mariposas, conejos, pollos, chanchos, carneros, cuyes, todos parecían estar dentro de mi estómago.

Caminamos por Metro, ese romántico lugar que está en Av. La Marina donde venden carnes y papas. No se que cuernos hablábamos y no se nos ocurrió nada mejor que ir al tan íntimo Grifo YPF a conversar. Compramos galletas y luego fuimos a mi colegio por que había un Festival Folklórico y a ella, al parecer, le había encantado la idea de ver como bailaba mi hermano, al cual nunca había visto. Me crucé con mi mamá y me miró con la típica cara de “¿Quién es esa chica?”, yo seguí caminando sin inmutarme porque mi materia gris estaba enfocada en tratar de articular las putas palabras mágicas.

Me pasé la noche entera tratando de decírselo y no pude, mi miedo me metía cabe a cada paso que daba. Al final apagaron todo el colegio, soltaron a los perros, el guachimán sacó su silla y se puso su frazada para dormir, y ella tuvo que irse a su casa. Yo, muy imbécil, pensé que ella no sentía nada por mí, y lo dejé ahí.

Terminé el colegio y ya estaba en la Pre. Ya se me había hecho costumbre el llamarla para contarle mi día, y ella el suyo. Había asumido que seríamos amigos por que era demasiado cabro como para decirle que me gustaba desde, quizás, un año atrás. Un día hablábamos por teléfono hasta que escuché que lloraba y se le cuarteaba la voz:

“Tengo dos noticias: Uno. Me voy la próxima semana a USA, quizás a vivir. No te lo dije, lo sé, es que me gusta oírte feliz y hablar de tu día conmigo. Dos. No sé si te diste cuenta pero te quiero y me gustas, desde hace ya buen tiempo. Sé que me ves como una buena amiga, lo siento, no quiero malograr esa amistad por esto que te estoy diciendo, nunca pensé decírtelo pero no podía guardármelo.”

OK. Ahorita, escribiendo esto, solo puedo decir dos cosas:

PUTA MADRE (Y descargo energía al universo como Gokú haciendo el Kame-Hame-Ha)

¿Alguien se puede poner en mi pellejo? ¡Levanten la mano! Fue uno de esos momentos en los que no sabes que hacer. Solo atiné a llorar y luego le dije:

“Yo también, ¿Pero que hacemos? Te vas y quizás vuelvas en un mes, un año, diez años o nunca, no es sano”. Me colgó el teléfono.

Y llegó el día. Antes de irme a clases la llamé y le dije que iría a verla. Salí de la Pre y caminando para tomar el micro a su casa me llega un mensaje al celular diciendo “Germán, cuídate mucho, voy con unos tíos a Chosica como despedida, no voy a estar. Te quiero”. Uno queriendo ir a darle el beso de despedida, mismo película de Hollywood, y a sus tíos se les antoja comer PACHAMANCA. Corrí al teléfono para llamarla y me dijo que se había peleado con su mamá por querer esperarme. Odié, por primera vez en mi vida, a tan suculento potaje. Esperé a la noche y salí corriendo a su casa (no tomé micro, fui corriendo). Llegué y me quedé sentado en la puerta hasta que se me borró la raya esperando que regrese. Nunca llegó, la comida debió estar brutal.

Se fue y no me despedí. Un tiempo durante los primeros meses del 2006 nos mandamos mensajes de texto por internet y una vez me llamó al celular solo para preguntar como me había ido en el día. Este verano pasado mientras estuve en USA pensamos en vernos en Nueva York, incluso habló de recogerme en el aeropuerto, que de haber aceptado nunca me habría perdido en Manhattan. Quizás no quise verla por miedo a remover algo que queda como un bonito recuerdo. Ojalá algunos de sus tíos se atore comiendo Pachamanca de siete sabores.

18 de agosto de 2007

Los Terremotos No Son Fashion

Dos minutos: Destrucción y una luz en el cielo. No eran relámpagos.

En clase, Juanita y yo hablando sobre un mensaje de texto. Leslie y Lucía riéndose. Se movió el proyector bruscamente.

- Prof. Protzel: Bueno si hablamos de Fujimori y su política… ¡Tranquilos! Ya está pasando… está pasando ¡NO, AHORA SI SALGAN!

Llegamos a la “zona segura”. Gente corriendo y llorando por todos lados. Todo se movía. Edificios saltando. Ventanas queriendo escapar de su lugar. Una luz en el cielo. Fin del mundo. No para ¡NO PARA! Personas atoradas en las escaleras ¡¿Y mi familia donde estará?!

Paró.

Celulares sin línea ¿Ahora que hacemos? ¿Lloramos? ¿Corremos? Volvimos a clase.

- Prof. Protzel: Todos están presentes (Mientras, notoriamente asustado, trataba de darle clic a la asistencia).

Esos fueron los dos minutos más intensos que hemos podido vivir, en especial para nuestra generación que no había vivido terremotos, hasta ese día. Vi gente rezar y creo que no ayuda de mucho, incluso, para los que están alrededor, inyecta una dosis más de miedo (favor de no rezar en un terremoto). Suerte la mía que a los cinco minutos del terremoto entro la llamada de mi mamá, todos estaban bien.

- Alguien: ¡El epicentro fue en Piura!

De haber sido cierto hoy Piura sería un bonito recuerdo. Con esa intensidad y duración… definitivamente lo sería. La TV informa: Epicentro en el mar de Pisco, Ica. "¡Concha su madre MI MADRINA!" Me quedé frío. Hoy ya mucho más tranquilo y sabiendo que mis familiares están vivos, puedo tocar las teclas.

¿Qué fue eso? Pues nada más y nada menos que un terrible terremoto de 7,0 en la Escala de Ritcher. Aquello que nos contaban del terremoto del 70, que la tierra se movía en ondas y que los edificios parecían querer correr, lo vimos. No habré vivido en Ica, no conoceré los nombres de todas sus calles, pero, soy Iqueño y tengo familia allá. Cuesta mucho ver lo sucedido. No tengo ganas de ser irónico, pero quizás por ahí se salga. La risa post-terremoto es normal, casi una reacción de nervios.

Acepto que a los minutos de ocurrido todo me empecé a cagar de risa, incluso intenté vender, sin éxito, piedras que se desprendieron de los techos como si fueran recuerdos, y a sólo un sol, toda una ganga. Vi gente tomándose fotos para recordar el momento. Otros decían que la verdad era que Gokú había llegado a la tierra o que los Transformers estaban peleando. Valgan verdades, la inconciencia era lógica, no sabíamos la magnitud, es más, ahora incluso se me escapa una sonrisa. Es humano reír y no lo podemos evitar, menos en situaciones como esta.

Al día siguiente, a las siete de la mañana, veo la TV: 350 muertos. Me desperté de golpe, vi las crudas imágenes y se me salieron las lágrimas. Presidente cojudo ¿No dijiste que era una tragedia menor sin muchas víctimas que lamentar? Eso pasa cuando se habla muy pronto. Suspendieron clases, pero, mi casa de estudios se la rascó con roche. Completamente indignado fui a clase y dije: ¡¿Por qué tenemos clase?! A lo cual los compañeros de clase respondieron con una carcajada y unánimemente me dijeron “vago” y “sólo fue un temblorcito”. Expuse mis ideas y al escucharlas muchos no tuvieron otra que darme la razón:

- No sonaron las sirenas.
- Los edificios se rajaron.
- Suspender las clases por seguridad del alumnado (como cuernos revisas daños estructurales tan rápido).

Luego la indignación fue creciendo cuando vi en mi fotolog el comentario de una chica diciendo:

“Que bad que en tu U se rajen las paredes, en la cato no pasan esas cosas XD ¡Never Ever!”

Como dijo mi amigo Dieter: “Hay casi 500 muertos en Ica, pero que bueno que en la cato no pasen esas cosas”.

Después de clase, mientras caminaba, escuché la frase que da el título a esto:

“Los terremotos no son fashion, pero yo siempre le pongo su toque de Glamour jajajaja, y tengo fotos post-earthquake con la chata, miren, fue genial”.

Pensé en voltear y gritarle PERRA pero no lo hice por que en fin, es tontita y que se hace, sólo deseé que la tierra se abriera y se la tragara con ganas. Y si ven la TV reconocerán lo que es más vil aún:

“El Banco Falabella ofrece ayuda a los damnificados. Sólo realiza tu depósito en nuestras cuentas del banco. Somos Falabella”.

“Mi Banco ofrece créditos sin intereses el primer mes para todos los damnificados de Ica, por que somos peruanos como tu”.

Y es que de eso se trata el marketing. Amigos futuros publicistas y marqueteros, ustedes deben saber que situaciones como estas son las mas provechosas para entrar en el mercado y asegurarse un lugar “en el corazón de la gente”. Si debe haber buenas intenciones, pero, en serio, que buena ocasión de abrirte paso en el mercado. Felizmente si oí por la radio alguien que de verdad me parece un ángel caído del cielo, una empresa realmente responsable que merece toda nuestra felicitación ¿Quiénes eran? Tal vez nunca lo sabremos.

Este señor no dijo su nombre, ni la clínica para la que trabaja. Sus palabras fueron las siguientes:

“Nosotros nos sentimos muy comprometidos con esto y vamos a ayudar. Ahora mismo tenemos diez ambulancias, con tanque lleno de gasolina y con chofer, listas para que, en los aviones Hércules, sean llevadas a la zona de emergencia. Sepan además que por interno daremos detalles de nosotros por si se requiere de la hospitalización de personas en estado grave”. ¡Que maravilla!

Comprendo la insensibilidad de la gente acá en Lima, cada uno lo ve a su modo y a cada uno le afecta a su manera. Algunos les choca tanto que hoy seguro reventarán las discotecas celebrando el feriado largo que han tenido de casualidad, otros seguirán pendientes de cualquier incidente para hacerse publicidad, los periodistas seguirán tomando fotos a los cadáveres destrozados, por que, en fin, no pasó aquí. Pero… ¿Alguien pensó que hubiera pasado si esto se daba en Lima?

Por poner un ejemplo ¿Conocen el ICPNA de la marina? Bueno si alguien se ha percatado, hay un cable enorme que está justo detrás ¿Y que tiene? La estructura de ese edificio tiene fallas y ese “cable” (que en realidad es un fierro enorme que resiste miles de toneladas) mantiene el equilibrio, para que no se caiga. Ahora, si se cae el ICPNA, FÁCIL, mueren unas dos mil personas, sólo ahí, y si cae encima de Tottus, mueren quinientas más, si es domingo mil más. En media cuadra de San Miguel ya tenemos tres mil muertos.

¿Y la Molina? ¿Chacarilla? Pues, saben bien que están sobre terreno NO ÚTIL para la construcción y hay unas casas enormes, edificios, etc. ¿El centro de lima? De plano ya fue. Edificios viejos, calles angostas. La punta desaparece de un maretazo, sin necesitar un Tsunami. Si esto pasa en Lima, estamos fritos. Tenemos que darnos cuenta de una CRUDA realidad. Grifos en todas las esquinas, cables colgando por todos lados, ambulantes en las calles, una vía expresa como la de Javier Prado que está mal construida, la costa verde y el peligro de un derrumbe, etc. No quiero ser pesimista, pero si esto hubiera pasaba acá, la mitad de nosotros (siendo optimista) hoy no estaría leyendo esto. Espero estarme equivocando.

Preparen una maleta y metan lo importante. Si empieza el terremoto no entren en pánico y si quieren recuerden que “Los terremotos no son Fashion”.

PD: Las luces en el cielo se produjeron por un fenómeno llamado Triboluminiscencia. Esto se produce por qué la materia que libera la fricción y el roce de las placas continentales que se movieron en el terremoto entró en contacto con el nitrógeno del ambiente. Un fenómeno similar a las Auroras Boreales. Nada de que asustarse, mucho de que asombrarse.

PD2: Gracias a mi querido amigo Alonso (Cuanti). No hay que temerle a las rajaduras ya que estas son producto de la liberación de tensión acumulada en las estructuras, si no, todo se viene abajo. Otro tip: Si tienes rajaduras en paredes, pega tu ojo, y si puedes ver el otro lado, estás fregado. Gracias de nuevo.

¡Viva el Perú!

(Comentarios debajo de los videos)

Aquí algunos videos del momento:
Fernando Llanos cubre el terremoto mientras hacía otro reportaje.

Dentro de una oficina durante el terremoto.

12 de agosto de 2007

¡Carajo Aprende Guitarra!

Ritmo, color y sabor… ritmo para vacilar (8)
(Puedes ir cargando los videos que están al final del artículo cosa que cuando terminas de leer los ves)

Estaba en 6to de Primaria y recuerdo que entre a la música, paradójicamente, por haber jalado el curso de música en el colegio. El profe nos hacía dibujar las notas en un cuaderno que parecía un pentagrama, y como yo era vivo, no lo hacía. Saqué un bonito 10 y de castigo mi papá recogió absolutamente todos mis juguetes y juegos de PC, los metió en una bolsa y no los volví a ver hasta que hice mi confirmación, en 4to de secundaria.

Pasé los meses más difíciles de mi infancia, sin poder jugar, sin poder distraerme. Hasta que un día prendí la radio y empecé a escuchar mis discos de vinilo, de cuentos clásicos, y pensé: “Escucharé radio, ojalá pasen canciones bonitas”. Mis tardes volvieron a brillar y la música llenó el vacío dejado por mis juguetes. Nació el amor.

Musicalmente soy un hijo de Nirvana con Servando y Florentino, pasando por mi siempre célebre cassette de Britney Spears y aquel cd de clásicos de los 80’s que vino un sábado con La República. Pero si hay que marcar un inicio en mi “vida” musical tendría que apuntar directamente a mis padrinos musicales: Papa Roach y la famosa Last Resort.

(8) Cut my life into pieces… This is my last resort (8).

Corría el año 2000 y ya estaba en 2do de secundaria (mis juguetes seguían ocultos en algún lugar). En cierta ocasión, mientras veía MTV y trataba de aprenderme las canciones de los BackStreet Boys, vi algo que no era común, algo fuera de mi mundo lleno de letras románticas. Cuatro tipos vestidos de negro sobre un escenario blanco y con mucha gente saltando alrededor, gritando a la pantalla (8) Don’t give a Fuck (8) mientras uno de ellos sacaba el dedo medio y otro saltaba con la guitarra. Me quede HUEVÓN. Mi cerebro procesó la información y empecé a gritar. Segundos después llamé a mi abuelo: “Tenemos que comprar el disco de Papa Roach”. Al día siguiente ya lo tenía. Me aprendí la letra (nunca me importó lo que decían) y cuando terminé de cantarla me dije: “¡Carajo aprende guitarra!”. Busqué a mi abuelo otra vez y me dio la guitarra que mis tías nunca aprendieron a tocar, me bajé de internet un manual de guitarra y en cuestión de una semana ya tocaba las primeras notas de la canción.

Me enamoré perdidamente de los acordes de quinta (los que se usan en rock, hard-rock, heavy metal, punk, grunge, rap metal, etc.) y la dichosa técnica del palm mute (que se realiza apoyando la mano que tiene la púa sobre el puente de la guitarra, produciendo un sonido apagado de las cuerdas). Si escuchan esta canción de Papa Roach, reconocerán la técnica durante los versos. Luego, ya auto-instruido, busqué las notas de Nirvana y gire entorno a ese mundo, hasta que a finales de ese año, o comienzos del 2001, Aneurisma, mi propia banda, vio la luz.

Cuatro tipos: Diego Ríos (bajo), Luis Gómez (batería), Carlos Salcedo (1era guitarra) y yo, Germán Terán (2da guitarra y “voz”), fuimos Aneurisma. Nunca llegamos a ser grandes músicos (a excepción de Carlos) pero conseguimos grandes cosas. En nuestro primer año clasificamos a la final del concurso del colegio, tocamos en tres Quermeses, y fuimos teloneros de Eva Ayllón. Ese día fue especial, tuvimos mozo y hasta manager, un pata papi que llamamos limoncito. Salimos al escenario y logramos sacarle más de una carcajada, con bromas estúpidas, a un público de aprox. 3500 personas, tirando para 4000. Los temas eran conocidos y de la nada se empezó a escuchar en el coliseo como el público cantaba a mi voz. Terminamos nuestra presentación y Luis mandó saludos por el micrófono, mientras, yo bajaba las escaleras orinandome (literalmente) de nervios, fue genial. Meses después, el ajetreo de ir a la universidad terminó por desarmar el grupo. Aún siento el vacío que dejó Aneurisma cuando llegó a su fin. Es peor que terminar con una chica y todos aquellos que han tenido un grupo lo saben.

Y ahora último escuché lo nuevo de Papa Roach y me agarró la nostalgia. Aquel grupo rebelde y puteador de mi infancia es hoy una mala copia de Reik versión gringa (grupo mexicano de música cursi). Veo mi guitarra eléctrica pidiendo auxilio, mi efecto pidiendo que lo pise, mi amplificador queriendo gritar… y yo necesitando otra vez esa hermosa sensación de tener la música en mis manos.

PD: Tan interiorizado tenemos este símbolo de messenger (8) que apuesto que la gran mayoría sintió el ritmo de la música en su cabeza. Buen tema para otro artículo. Gracias.

A continuación el antes y el después de Papa Roach:
(Comentarios debajo del último video)

ANTES
Papa Roach- Last Resort


DESPUÉS
Papa Roach - Scars(Español)

4 de agosto de 2007

Yo me perdí en Manhattan


“American Airlines announces the arrival of the flight 1350 to the JFK International Airport in New York City. The currently temperature is 48°F. Please fasten your seat belts”.

La vista desde el avión era algo casi orgásmico. Estaba a punto de llegar a una de las ciudades mas importantes del planeta, y aunque sabía que sólo tenía que hacer mi conexión a Boston, esa fue quizás la parte mas pendeja/emocionante de mi viaje. Yo viajaba, completamente solo, rumbo a Vermont, un estado muy al norte de Usa, en la frontera con Canadá. Tenía que tomar un bus en el Port Authority que me llevara a Boston-Massachussets para luego subirme a otro para llegar hasta White River Junction en Vermont. Sobre el papel todo parecía fácil, lo habíamos repasado con mi mamá en Lima y no había pierde. Lamentablemente la realidad fue… algo distinta.

Luego de unos 10 minutos de caminar por fin llegué a la zona de maletas y procedí a salir como si estuviera en el Jorge Chávez. Di un paso fuera del terminal y vi algo espantoso: El aeropuerto era realmente grande, tanto así que tenía una línea de tren eléctrico y algo parecido al trébol de Javier Prado pero como 50 veces más grande. Luego me di cuenta que tan grande es que hasta incluso tiene su propio clima, muy aparte al de la ciudad.

Después de un viaje de aprox. 30 minutos para salir del aeropuerto, por fin entré en la ciudad de Nueva York. Las casas adornadas con sus coronas navideñas, los famosos yellow cabs (taxis), la gente caminando como hormigas, los enormes edificios, las luces de la ciudad, los raperos que se ven en la tele, el típico tipo vendiendo periódicos en las esquinas: “The New York Times!”. Todo bonito pero… ¡¿Dónde carajo me bajo?! Corrí al asiento del chofer y me dijo en inglés “bajate en el Penn Station, camina hacia la derecha y sigue de frente, luego una cuadra a la izquierda y listo.” Me acordé de mi profesora del cole diciéndome “Go left, turn right, go ahead”.

Bajé del bus y me quedé parado en el mismísimo corazón de Manhattan unos quince minutos, mirando todo a mi alrededor, la gente que pasaba en cantidades industriales, las tiendas, no podía moverme, esta petrificado, todo parecía un sueño… Empezé a caminar y me sentí como “Mi pobre angelito.” Seguí las instrucciones pero nunca llegué al lugar, y así sin más, me perdí. Empecé a preguntar a todo el mundo como llegar al Port Authority, notoriamente asustado. De pronto escuché una voz que me dijo: “Bobi, cariño ¿Tu quieres llegar al bus station? ¿Eres latino?” Era una señora puertorriqueña, de aprox. 50 años, lo primero que pensé fue que era una riñonera, que me quería “cenar” y que iba a terminar calato. “Aquí en los Nueva Yores los latinos somos hermanos, y si vemos a alguien perdido, lo ayudamos. Yo te llevo.”

Llegué al dichoso Port Authority, la estación de buses. Para que se ubiquen mejor, este lugar es algo así como para nosotros es Fiori, Jr. Leticia o el terminal de Yerbateros, mucho mas organizado pero no menos peligroso. La señora me contó de las “bondades” del lugar pero que conocía a un amigo que “trabajaba” ahí. Efectivamente, el tipo era un delincuente, la señora le dio $30 dólares y le dijo: “Que mi bobi suba al bus tranquilo, cuídalo.” Las 5 horas siguientes fueron realmente excitantes. El tipo me dejó por unos minutos, fui a recoger mi boleto a la empresa y un amigo de lo ajeno se acercó y quiso “ayudarme” con la maleta. Espere dentro de la oficina unos 15 minutos, mi “choro de la guarda” llegó e insultó un poco a mi agresor que estaba afuera esperando que yo salga. En realidad fue una conversación sobre los problemas del mercado laboral: “no te metas con el que estoy trabajando, anda trabaja a otro lado. Busca tu zona.”

Me pasé el resto de la noche conversando con él sobre nuestras vidas como latinos, nuestro futuro como 3era minoría en USA y lo disputado que era ser ratero en NY, incluso me invitó a visitarlo en el Bronx a mi regreso. Quizás ese chico fue el primer amigo que hice en ese extraño país.

Eran las 12:45 de la madrugada, me despedí de él y subí al bus rumbo a Boston. Mi prematuro regreso a New York incluiría conocer el tan famoso Subway, Harlem y un pequeño choque con la policía neoyorquina.