25 de diciembre de 2007

Feliz(mente) Navidad

Versión libre (dejar cargando el videito del final)

Había una vez un tío recontra misio que se cachueleaba en el pueblo como carpintero. Encima, y para colmo de males, la gente de su barrio lo maleaba por que “solterón maduro…”. Pero un día este compadre se templa de una de las chibolas de la zona, una chiquilla de unos dieciséis años y, como en esa época las cosas eran distintas, fue donde el viejo y le regalo un juego de sala para casarse con ella. La gente empezó a respetarlo y ya nadie se metía con él… En la calle decían:

- Oe, ¿y ese ón? Ta’ que se casa con María… otro level ah- decía en el pueblo

Pero no todo fue color de rosa. Una noche un vroer recontra fighter, ese que creó la tierra y todo lo que existe, cubrió con su sombra a la “futura” del carpintero y le encomedó la tarea de dar a luz a su hijo Jesús, El Men.

Para esto José, el carpintero, se panudeaba por todos lados por que su flaca era la “sensación del bloque”. Pero, una noche después de verla, y mientras dormía, apareció “El Gran Fighter” y le dijo (con voz de Dios):

- Chato, chato… Oe despierta pe causa- dijo Dios
- ¡Oh que pasa ón! Ta’ que como te pones lizo….- respondió José molesto
- Causa, mira, tengo que decirte una wada locaza-
- Ya me despertaste pes, suelta no má-
- Será pes, lo Houston Texas. Resulta que cubrí a María con mi sombra y está embarazada esperando un hijo mío, el macho de machos, y lo llamarás Jesús.-
- ¡Oe! ¡No pe CAUSA! Ni avisas ón, ¿y ahora? Pucha, ¡yo le quería poner Brayam pes!-
- Obedece. Así quedamos, ablamos-
- Bye pes cdt-
- Soy Dios, yo te cuido a ti, gil-

El tiempo pasó hasta que… llegó el día D. Justo se estaba realizando el Censo de población y Vivienda del INEI, los empadronadores no alcanzaban y la pareja tuvo que viajar a Nazareth en lomo de burro por que no tenían ni para la combi.

- José, es hora- dijo María
- Pucha no hay donde- respondió José preocupado
- Vamos a ese pesebre de por allá-
- Alaaaaa será pes-

A las 12:00am del día 25 de diciembre Jesús Brayam llegó al mundo. Los animales del establo lo miraron y comentaron:

- Oe burro y esos ones- dijo la vaca
- Ta’ que no se ah recontra conchanes pa’ meterse acá-
- ¡Pero el chibolo tiene algo!- gritó la vaca sorprendida
- Ta’ que alucina pes, ¡somos animales y estamos hablando!- dijo el burro sorprendido
- Ala ta’ que level del chiquillo ón-
- Si oe este ón es serio- dijo el burro con admiración
- Uta reza no más… padre nuestro…-

La gente de la zona empezó a llegar a ver al niño, y claro, también para saber por que era que una vaca y un burro estaban hablando. Poco a poco el pesebre se empezó a llenar y nació teleticket… y así también los revendedores (a continuación los precios, dale click para ver más grande).


Y así “El Men” llegó a nuestro mundo. Años después emprendería una de las campañas más conocidas de la historia, aquella en la que, con un corte populista, multiplicaba el pescado para alimentar a su portátil, revivía muertos y sanaba enfermos.

Lo increíble de esta fiesta es que, no importa en lo que creas, si es en Dios, Alá, Buda, Maradona, Stanley Kubrick, Homero Simpson, Fujimori, etc. Todos a las doce de la medianoche nos abrazamos con nuestras familia, nos alegramos, algunos lloramos, otros comemos, otros compran chela y la mezclan con chocolate y panteón, unos dan la contra y comen cuy en vez de pavo, algunos prenden Panamericana Radio y escuchan la cuenta regresiva, otros cantan villancicos, algunos más prenden cohetes y mamá ratas… pero todos celebran, a su modo, la Navidad.

Felizmente es Navidad.
Felicidades a todos y cada uno de ustedes.





14 de diciembre de 2007

Amor A Patadas

Los momentos culminantes y la persona exacta (Tomar en cuenta esto: Nomi siempre me decía "Cumpa", como en condorito)

Era ya el día después de la muerte de mi abuelo. Si bien lo peor había pasado, aún faltaba darle el último adiós. Esa mañana desperté, miré el techo, lloré, me volteé, abracé mi almohada, volví a llorar y me quedé dormido. Sentí la soledad extrema y pensé que el mundo se iba a ir a la misma mierda sin él en mi vida. Además, entre la gente de mi edad, quien solía ser la persona más cercana a mí, en el mismo velorio, decidió tomar otro camino y tuve que alejarme. Por más lágrimas que soltara nada iba a cambiar lo ocurrido. Me sentí más sólo que nunca en mi vida.

Es así como al siguiente día por la mañana me levanté hecho leña después de mi primer intento de poner los pies en el suelo, y no salí de la cama por voluntad propia si no hasta que alguien tocó el timbre de mi casa y mi viejo gritó: “¡Te buscan!”. Pensé dentro de mí “putamadre, ¿no ven que estoy deprimiéndome?”

Bajé caminando lento, con los ojos hinchados y con un aspecto hastaelculo. Abrí la puerta, ella me abrazó fuerte y me dijo:

- Cumpa, ¿Cómo estás?
- Aquí pues con la resaca
– respondí

Entramos a mi casa y nos pusimos a conversar. Juro que ya no tenía lágrimas para llorar. Le conté que me enteré de la muerte de mi abuelo mientras comía en el Jockey Plaza unos ricos Tallarines a lo Alfredo de Pasta Pronta, acompañado de Erick, Italo y Jhonatan. Yo sabía que algo pasaba con mi abuelo, días antes había ido a verlo y me quedé mirándolo respirar en ese cuarto de cuidados intensivos. De pronto entró una llamada a mi celular, era mi papá:

- Hijo ven rápido a la casa, tienes que quedarte con tus hermanos.
- ¿Ah? Estoy comiendo por la universidad, ¿Y mi abuelo?
- Ven rápido no más.
- ¿Mi abuelo?
- Falleció hijo, ya está descansando.
- No. No.

Nomi me abrazó, no pude soportar el llanto en ese momento, por más que ya estaba tratando de reír. Ella me miraba y nada más, debe ser difícil poder decir algo en esa situación.

Subimos a mi carro y fuimos a la Iglesia San Antonio de Padua, esa que está en la Av. San Felipe, y por la cual paso todas las mañanas para ir a trabajar. Ella y yo hablábamos de su viaje a Japón, de la especialidad que voy a seguir, del proyecto de comunicación en provincia que pensamos desarrollar, de nuestro futuro. Llegamos y nos pusimos a conversar en la puerta de la Iglesia, después de presentarla a toda mi familia:

- Y vino pues, discutimos por un buen rato, se puso a llorar y la acompañé a su carro, yo no quería saber más, no en ese momento - le conté a Nomi lo que pasó con Ana la noche anterior en el velorio.
- Pucha Cumpa pero, ¿ya estas mejor? Eso es lo que importa - me acarició la cabeza.
- No Nomi, esto va a tomar tiempo. Uno nunca está preparado para perder tanto en tan poco tiempo – me quedé mirándola.

Llegó el momento de irnos al cementerio, Jhonatan (universidad) y Angelo (colegio) ya habían llegado. Nomi había salido a la puerta. Terminó la oración y ya estaba caminando hacia fuera, ella me miró inquieta y me dijo aquello que quedará siempre en mi memoria:

- Germán. ¿Tu abuelo usaba camisas a cuadritos? ¿Así como la que tienes puesta?
- Sí.
- Ok. Lo acabo de ver y me dijo que le digas a tu abuela que la ama y que yo te diga a ti que no jodas.
- Jajajajajajaja… ¡JAJAJAJAJAJA!

Sinceramente no sé que fue eso, pero creo que nunca antes unas palabras habían impactado tanto en mi vida, no solo por el hecho de que mi abuelo estuvo por ahí y dejó el recado con ella, si no por el simple hecho de que ahora sé que sólo cuando una persona te conoce tanto puede provocarte una inmensa carcajada en un momento de tanto dolor.

Ella tuvo que irse en ese momento por cuestiones de trabajo, pero para mí fue suficiente. Desde ese momento mi mente encontró la tranquilidad necesaria para afrontar los siguientes meses, quizás los más duros de mi vida.

Nomi yo sé que ahorita debes estar leyendo esto desde Japón, que fácil te acordaste del momento y se te dibujó una sonrisa de nuevo. Gracias por todo el tiempo que pasamos juntos, por todos los insultos y las patadas, por las peñiscadas, por las noches en tu casa jugando huevada y media, por nuestro trabajo de “La movida contracultural en Jr. Quilca”, por los debates con Bedoya en clases de la Neyra, por la vez que te cargué y te tiré al piso, la otra que te aventé en el jardín, las salchipapas en Uchas, por el día que bailamos perreo en Saquara, por la vez que comiste tallarines feos en mi casa antes de la presentación del libro que diseñaste, por traer palta y hacer guacamole el día de mi cumple, por regalarme un abrazo en tu cumple… por comprarme ese helado de luca en Burger King (del cual guardo la servilleta) y por darme esa patada antes de despedirte con un hasta pronto.

Hoy por hoy no quiero volver a perder a ninguna persona más, menos a ti china. Si, si quiero estar contigo jajajajaja.
¡Te extraño calajo!